lunes, 27 de mayo de 2013

CUENTO: PSICOFONIA


PSICOFONIA

Hace tiempo tuve que mudarme, realmente no me molesto el cambio porque encontré una bonita casa en un buen lugar, cuando recorrí esa calle me sorprendí al ver las casa tan espectaculares pero ninguna se compara a la casa que esta junto a la mía.

La casa es muy antigua, según lo que yo sé era el hogar de un español en la época de la colonia, el murió en la guerra de la independencia, quedo abandonada por años; mis vecinos llegaron a esta casa 3 años atrás. Son personas muy agradables; María se hace cargo de toda la casa mientras su esposo, Mauricio va a trabajar; siempre desconocí a que se dedicaba pero yo sabía que él era de carácter fuerte y demasiado tradicional, ellos tenían una hija llamada Gisela de 19 años, era muy extraña para mi gusto, solitaria y siempre vistiendo como si fuera a un funeral. La ventana de su recamara se puede ver desde la mía por lo que pude percatarme que nunca salía de allí.

Un día me pareció ver a Gisela bailando y hablando sola, claro está que no me sorprendí mucho ya que no la consideraba una persona normal. En unos meses me acostumbre a verla haciendo todo tipo de cosas extrañas.

Era octubre y empezaba a hacer mucho frio, así que decidí ir a mi cuarto ya que era el lugar más caliente de mi casa, estaba a punto de dormir cuando escuche gritos, me asome por la ventana y me di cuenta que Gisela y su padre discutían, solo tuve tiempo de ver que azotaban la puerta y minutos después Mauricio y María se marcharon de la casa.

Cerré la ventana y trate de dormir pero era imposible, Gisela lloraba y lloraba, en momentos gritaba tan fuerte que creí que se le acaba la voz. Decidí levantarme, vestirme e ir a asegurarme de que Gisela estuviera bien.

Cuando me abrió pude notar en su cara la desesperación y la tristeza que la invadía; si, es cierto, ella era de lo más extraña pero siempre estaba de buen humor y verla así me deprimió y a pesar de eso, me recibió de la mejor manera e hizo que fuéramos a su cuarto, tal vez lo único que necesito por años era a alguien que la escuchara porque inmediatamente empezó a contarme todo lo que había ocurrido en los últimos años.

Era diciembre de hace 3 años, una época fría para salir así que Gisela se quedo en casa, cuando subió a su cuarto, alcanzo a ver una sombra reflejada en el ventanal, era el fantasma del hombre que vivía allí en la época de la colonia; trato de asustarla pero Gisela solo le sonrió, su reacción hizo que el fantasma desapareciera.

Gisela se sorprendió tanto que decidió no salir de su recamara hasta volver a ver a aquel fantasma.

La noche siguiente apareció. Guísela se disponía a dormir y sintió una ola de viento entrar por su ventana, inmediatamente pudo observar una sombra de color gris.

Cautelosamente Gisela se acerco a él, este a su vez, se movió hacia otra parte.

Entonces Gisela lo tranquilizo:

-no temas – dijo sonriendo.

Así y solo así, el fantasma por fin se quedo quieto.

-¿Cómo te llamas? – le pregunto Gisela.

-Enrique – dijo murmurando, casi en un suspiro

Ese día los dos entablaron una amistad, la única que ambos tenían.

Enrique comenzó a visitar a Gisela todos los días y pasaban horas charlando hasta que a Gisela la vencía el sueño.

Enrique la miraba dormir, se quedaba quieto en el cuarto solo observando cómo dormía pero cuando ella despertaba, el ya se había ido.

Interrumpí a Gisela… quería saber de que podía hablar una muchacha con un fantasma. Aunque antes de preguntárselo me pregunte a mi mismo como es que había creído semejante historia, como no puse en duda la existencia de un fantasma en aquella casa y como tome el tema con tanta naturalidad.

-¿y de que hablabas con él? – al fin me atreví a preguntar

-bueno, me conto como era el mundo cuando el vivía, la guerra de independencia, la ciudad, su afición por los bailes; yo le cuento como es todo ahora y se espanta. Cree lo mismo que yo: que este mundo es de locos.

Solté una risita y la deje proseguir con la historia.

Después de muchos meses de conversar hasta la madrugada, Enrique propuso hacer algo diferente.

-¿bailar? – pregunto Gisela sorprendida

-¿Por qué no? Hace mucho tiempo que no bailo… podemos intentarlo

Gisela se negaba rotundamente pero Enrique la convenció…

-pero no hay música- Gisela de verdad no quería hacerlo

- no se necesita música

- no bailare si no hay música

Enrique sonrió.

-está bien

Entonces Enrique comenzó a cantar e inmediatamente Gisela pudo sentir una melodía en su interior, jamás había bailado pero el ritmo dirigía sus pasos.

Entonces levanto la mirada y vio a Enrique  a los ojos y sintió que flotaba.

Enrique, por su parte, la miro y sonrió, se acercaron cada vez más hasta que los labios de Gisela se juntaron con los labios de Enrique.

Ese día comenzó su noviazgo.

En las semanas posteriores, las cosas siguieron igual; platicaban de día y bailaban de noche al ritmo de las canciones que Enrique cantaba.

Enrique le propuso matrimonio a Gisela, ella acepto encantada.

Y esa noche, justo esa noche se lo conto a sus padres.

Y ahora todo tenía sentido para mí: las cosas extrañas que hacia Gisela, la discusión que tuvo con su padre y porque la encontré llorando con desesperación.

Justo cuando termino de contarme la historia, oímos que se abría la puerta de la casa así que decidimos bajar para saber que sucedía; María y Mauricio estaban en la sala con dos hombres vestidos de blanco que en cuanto vieron a Gisela se la llevaron; entonces supe que iría directo a un hospital psiquiátrico.

Pero yo sabía que Gisela no estaba loca, no lo estaba, yo creía en su historia.

Trate de averiguar cómo estaba pero sus padres nunca quisieron decirme nada.

Y sin embargo, tenía la certeza que Gisela estaba bien porque a media noche, cuando todos dormían, podía oír a Enrique cantar, sabía que él le haría compañía a Gisela y ella podría soportar todo lo que estaba padeciendo.

Un día me decidí a visitarla, casia a escondidas le pregunte a una enfermera que salía del cuarto donde Gisela dormía, que como iba su recuperación.

-utilizamos la psicofonía y ha reaccionado bastante bien, hasta se ha puesto a bailar

-¿Qué es la psicofonía?- pregunte

-son ruidos de personas y otras cosas que la gente con un oído normal no alcana a distinguir pero nosotros la usamos para tratar de de activar el cerebro de los pacientes, muchos dicen que las voces son de personas del mas allá pero eso es ridículo. Es solo un mito

Entendí entonces porque funcionaba tan bien.

Una semana después se cumplía un año de que internaran a Gisela, eran las 3 de la mañana y enrique no había cantado, sabía que algo malo ocurría. Fui corriendo a la casa de María y Mauricio e hice que fuéramos al hospital, me costó mucho trabajo convencerlos.

Era tarde.

Gisela justo a las 12 se había suicidado.

Pero yo sabía que se había ido con Enrique, que finalmente pudieron estar juntos y que ni la muerte los separaría…

 

**Basado en la canción “psicofonía” interpretada por Gloria Trevi

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