LA DESTRUCCION DEL ANGEL
Y volaba con sus cálidas alas, fuerte, con determinación,
soñando con tocar las nubes, siempre con una
hermosa sonrisa y la pureza de su alma se reflejaba en sus
resplandecientes ojos color miel.
En un día como cualquier otro un remolino hecho de destino y
casualidades lo hicieron bajar a la Tierra donde todo era incierto,
desconocido; un lugar con muchos caminos y dificultades.
Con pasos torpes, cada segundo perdía fuerza y una poderosa
sed le invadía el cuerpo.
Se detuvo, arribando en una morada dividida por la luz y la
oscuridad, el bien y el mal, la benevolencia y la crueldad.
Dos mujeres lo condujeron dentro; Leila, de movimientos
delicados, piel suave y una mirada penetrante, con fuerza, con mucha fuerza. Kira,
en cambio, era una persona como cualquier otra pero había en su mirada una luz
brillante que escondía detrás de una cortina de miedo.
Y cuidaron de él…
Kira estaba encantada: sus historias, su trato, lo que podía
ver en sus ojos, su gran optimismo. Ella sabía que el pertenecía a un mundo muy
diferente, así que callo.
Leila en cambio, tenia curiosidad, quería desafiar todas las
leyes del universo y lo lograría porque ella siempre ganaba, no estaba en su
naturaleza perder.
El ángel sentía una gran simpatía por Kira, había cuidado de
él con gran dedicación y siempre lo escuchaba y sonreía al oír sus experiencias
en el cielo, pero con Leila era diferente: su belleza, su personalidad
misteriosa, su mirada provocativa… todo eso era nuevo para él y poco a poco esa
atracción se convertía en amor.
Kira, en silencio notaba como día a día ese amor crecía
sabiendo que Leila jamás tendría ese poder, el poder de amar a una persona más allá
de una atracción física; la conocía, la conocía demasiado bien, sabía que en su
interior solo había frio y oscuridad.
Y ella amaba tanto a ese ángel que era incapaz de quitarle
la venda de los ojos, no quería desilusionarlo, pero sobre todo, no quería perderlo.
Pasaron los días y cada vez crecían los sentimientos en esa
cabaña…
El ángel por fin tuvo el valor de decirle a Leila lo que sentía
por ella.
Leila había logrado su propósito y comenzó un amorío entre
ellos.
Era tan grande el amor del ángel que se convirtió en humano,
renunciando a sus cualidades extraordinarias, mortalizandose para siempre.
A pesar del tiempo que había pasado, Kira seguía enamorada
de él, aun sabiendo que ya no era un ángel si no una persona común y corriente,
ella veía con amarga tristeza como Leila lo trataba, con frialdad, con
indiferencia, casi con crueldad. Así que decidió irse por un tiempo, no quería verlos
juntos, no quería verlo sufrir.
Días después de que Kira se fue, las cosas empeoraron. Leila
se aburría cada vez mas y el ya no sabía qué hacer para poderla tener feliz.
Nadie conocía bien a Leila, nadie jamás pudiera haberse
imaginado que en su interior solo había oscuridad, que era capaz de todo con
tal de sentirse satisfecha, tal vez solo lo sabía Kira y para ese momento
estaba muy lejos…
Un lunes Leila salió muy temprano de la cabaña y no volvió ese
día, el estaba muy preocupado, no sabía qué hacer, nunca había salido de la
cabaña y no conocía el mundo exterior.
El miércoles Leila volvió por la noche, una noche oscura y
llena de viento lo cual hizo que la puerta se azotara y que él pudiera
percatarse de su regreso.
El no menciono nada, era como si nada hubiera pasado, la
trato con la misma dulzura con la que siempre la trataba; Leila grito, estaba
harta, cansada, solo quería deshacerse del… saco una pistola de sus botas
negras, apunto hacia el pecho de su víctima y disparo. Se desplomo al instante,
el piso se tiño de rojo intenso y Leila sonrió y se dirigió a la puerta sin
voltear a ver al que fue por tanto tiempo su amante… podría comenzar de nuevo
en otra parte, nunca volvería.
Cuando se cerró la puerta un remolino entro por la ventana y
giro en torno hacia el…
Se evaporo la sangre y se elevo el cuerpo sin vida, el
viento era cada vez más fuerte; las ventanas se azotaban, la única lámpara de
la cabaña dio vueltas hasta caerse, las luces se prendían y se apagaban…
A media noche todo paro.
El se incorporo de pie, cruzo los brazos y los abrió rápidamente;
sus alas habían vuelto, su piel, su ropa de ángel, todo era como antes de bajar
a la Tierra excepto por una cosa: sus ojos color miel se habían convertido
rojos, del mismo color de la sangre que había derramado por el suelo.
Miro a su alrededor y comenzó a reír con ironía, trono los
dedos y la cabaña volvió a la normalidad.
Camino con aire de superioridad hasta que por fin se sentó y
miro hacia el techo, pensativo.
Meses después Kira volvió, su viaje le había dado
tranquilidad pero no lo había hecho olvidar, deseaba ver al ángel, sabía que
era tiempo para regresar.
Entro a la cabaña y no había nadie, así que desempaco sola
mirando la puerta. Cuando termino salió y lo vio: el ángel estaba sentado en el
techo de la cabaña, cuando vio a Kira bajo con un movimiento rápido y la invito
a pasar dentro.
Comenzaron a hablar, ella le conto acerca de su viaje y todo
lo que había visto y vivido, él le dijo que Leila se había ido para siempre. Kira
sentía una mezcla de tristeza y alegría por la noticia, se levanto entonces de
donde estaba sentada para dirigirse a su cuarto; el ángel la detuvo tomándola
de la mano diciéndole que la amaba, que la había amado siempre.
Kira soltó unas lagrimas y el ángel la envolvió con sus
alas, ella lo miro a los ojos y entonces se dio cuenta, el no era un ángel, era
un monstruo…
Fue demasiado tarde…
Aquel ser ya no tenía corazón ni alma… le clavo a Kira un
puñal por la espalda y la dejo caer al suelo.
Kira seguía con vida y pudo ver como el ángel se convertía en
una bestia…
¿Cómo sucedió que al ángel que había amado tanto se convirtió
en un demonio?
¿Dónde quedaba todo lo que era él y lo que significaba?
Kira cerró los ojos, estaba muerta.
Pero toda la luz que había en su interior salió de repente y
fue directamente hacia la bestia, le quemaba, la luz le quemaba el cuerpo… se convirtió
en cenizas.
Así fue como termino todo…
Un ángel, un ser humano, un demonio, y al final no quedo
nada de él.
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